viernes, 23 de agosto de 2019


Crítica de Arte de la obra Nocturna Invocación de la Huestia. Técnica: Barniz blando, aguafuerte, aguatinta, mezzotinta y xilografía japonesa. Medida: Pendiente. Autor: Alejandro Montes. Exposición: Actualidad en la creación artística Guanajuatense. Duración: 26 junio al 20 septiembre 2019. Ubicación: Museo Arte e Historia de Guanajuato
Por Daniela Fernanda Muñoz Ojeda



Al ver esta obra lo primero que me pregunto es ¿Cuál es tu mayor miedo? ¿Qué fue lo que sentía Alejandro Montes al estar realizando esta pieza? ¿Qué estaba pensando? ¿A caso nos quería representar su mayor terror?

Mi primera impresión fue como si estuvieran plasmando mi mayor miedo, terror o fobia, recordándome ese momento en el que no puedes hacer nada al enfrentarte a él y sientes como recorre tu interior y toca cada parte de ti, poniéndote los pelos de punta y la piel de gallina, sintiendo unas inmensas ganas de llorar, escondidas detrás de un nudo en la garganta que te paraliza el cuerpo.

Tal vez sean los colores lúgubres, las formas terroríficas, el cráneo que se vislumbra detrás de un velo rojo o el ente pálido flotando, que da la impresión de irse acercando poco a poco a ti, listo para adentrarse en tu mente y derrumbar todas las barreras que has intentado poner en tu interior para alejarlo, para estar a salvo de él.

En mi opinión más sincera creo que el autor ha logrado llevar totalmente a cabo su cometido, hacerte sentir, con esta pieza ha logrado llevarme en mil y un recuerdos haciéndome sentir como una niña indefensa de 5 años atrapada en un cuarto obscuro sin salida, me ha sacudido todo mi ser, ha logrado desentrañar mi miedo más profundo, no cualquiera logra hacer eso en tan solo unos segundos.

Además de todas las emociones que nos puede llegar a sacar esta pieza, podemos apreciar el trabajo que realizó artista, como una placa quemada unas cuantas horas en ácido puede llegar a hablar tanto sin decir una palabra, creo que nadie puede calificar si el trabajo de alguien es bueno o malo, finalmente el arte es subjetivo y significa para quien lo ve, así que si me preguntan a mí, aun cuando esta obra me trajo muchos sentimientos negativos, puedo decirles que es una de las mejores que he visto en mi vida, la podría observar todo el día, con miedo, pero no me alcanzaría el tiempo para apreciar cada detalle, así que se los dejo a su criterio, vean la obra y júzguenla, critiquen, pero sobre todo sientan, Porque sin el sentir esta vida no sería nada.


Crítica de Arte de obra El cielo Sabe. Técnica: Óleo sobre tela. Medida: 1.40x1.40mts. Autora: Michelle Mena. Exposición: Portales de la luz. Duración: 17 de Mayo al 19 de julio 2019. Ubicación: Museo de la ciudad de León
Por Daniela Fernanda Muñoz Ojeda



A simple vista yo podría pensar que este tipo de obras son unas simples pinceladas al azar, sin gracia ni forma alguna, algo que me sucede seguido con obras abstractas ya que no son de mi agrado, pero al observar esta pieza, algo me sucedió que me capturó al instante, tal vez fueron sus atrevidas formas, los colores tan llamativos o el tamaño de la misma que no me permitió ver nada más en la sala y que al tomarme un poco más de tiempo para adentrarme a ella me pude percatar que mi pensamiento sobre el arte abstracto había estado incorrecto en todo momento.
Si le prestamos un poco más de atención a esta pintura, nos daremos cuenta de que además de ser, a mi punto de vista, una obra que transmite mucho al verla, tal vez por el juego de formas, orgánicas y toscas a la vez, la combinación de los colores pareciera ser la perfecta, que si observamos con atención, lograremos encontrar una ligera capa de amarillo como base en toda la pintura, lo cual nos ofrece una calidez sobre los colores de la obra que me parece armonioso, poco a poco si vamos escarbando más en la pieza lograremos ver cómo van apareciendo los colores sobre el lienzo, desde una combinación de tonos azules, ocultándose detrás de un verde y rojo, que se encuentra escondido bajo un rosa vibrante, formando un espiral de colores que van quedando en el olvido en las orillas por una bruma blanca, que parece que quisiera ocultar la belleza de los mismos.

Así mismo Michelle Mena, autora de “El cielo lo sabe (Danza de Luz)” ha logrado dejarnos un sentimiento de nostalgia y tranquilidad después de observar la majestuosidad del color y la textura de su obra, algo raro y difícil, creo yo, lograr esta combinación de sentimientos tan diferentes, pero la autora ha logrado captar mi vista con colores demasiado vivos, brillantes y cálidos, con formas llenas de movimiento y un poco de textura que creo que le da el toque final a esta pieza para hacerla perfecta y balanceada en todo sentido.



Crítica de Arte de Exposición ¡Más que Musas!
Por Daniela Fernanda Muñoz Ojeda

“¡Más que Musas!” es una exposición que estuvo temporalmente en el Museo de Arte e Historia de Guanajuato, donde yo puedo percibir que  la finalidad de esta exposición es darle a la mujer el lugar que siempre se ha merecido en el arte, ya que ella ha poseído un papel muy importante en el mundo de la historia del arte.


En esta exposición podemos ver varias obras, cada una tan diferente y especial como la otra, expresando algo totalmente diferente, desde escultura, hasta pintura y gráfica. Cada artista nos brinda algo diferente que ver y apreciar, nos regalan un pedacito de su mundo, un pedazo de su alma en cada trabajo.

En lo personal de esta exposición hay varias obras que a mi punto no me parecen agradables e incluso me atrevería a decir que no deberían estar ahí,  tal vez por la falta de composición, expresión, dinamismo y un sin fin de cosas que simplemente no me gustan, ya que no dicen o hablan tanto como las demás, como lo que yo esperaría, las siento vacías y sin chiste, como las obras de Laura Rosete.


Hay obras que hablan mucho, casi podría decir que tiene su propia personalidad, cuando llegabas a la sala era lo primero que te llamaba, ya sea por los colores, el dinamismo, la interpretación que cada uno le podía dar y el observar cada detalle tan bien trabajado, como las trabajos de Betsabeé Romero, que nos habla mucho sobre las tradiciones y la cultura mexicana. Tal vez por eso podría asegurar que es la mejor obra que vi en la exposición o al menos fue una de mis favoritas.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Perros Muertos
Casa del viento
Por: Eugenia Aceves

Perros muertos es un grupo de música  de un género llamado new folk mejico como ellos lo llaman y escriben, sus canciones son llamativas con buen ritmo y con letras originales que se relaciona con la crítica hacia la sociedad en la que vivimos y también cuentan historias con la que todos nos podemos relacionar un poco.
Estos cuatro participantes de la banda muestran una muy buena energía en el escenario y con sus instrumentos, los cuales no  es muy común ver a estos interactuar entre ellos, como sería la guitarra eléctrica, el violín, la batería o la caja de acuerdo a algunas canciones y la mandolina, logrando una experiencia auditiva nueva y agradable al oído que nos muestra un poco de rock and roll y aun así nos lleva a nuestras raíces folclóricas mexicanas. Durante la presentación los artistas nos hablaban de sus ideales y nos compartieron un poco de su filosofía, la cual se muestra en su forma de cantar y actuar en el escenario, la cual es viva lo verde, la naturaleza, la buena vibra y el pulque.

Esta banda se mostró muy a gusto con el público, ya que lo complació varias veces logrando que  se mostrara cada vez más efusivo y entusiasmado.

غريبة  (ghareebah / extraño)

Kamilya Jubran & Werner Hasler (ومضة / Wameedd, 2005)
Por: Carlos H. Babún

Cuando salgo a encontrar la luz, la sombra de mi cuerpo me sigue, pero la sombra de mi espíritu me precede y me guía hacia un lugar desconocido buscando cosas más allá de mi entendimiento, y asiendo objetos que no tienen sentido para mí.
Yibrán Jalil Yibrán


Tonos sintéticos, suaves y sutiles, expanden un ambiente de intimidad en nuestros oídos. Una vez ahí emerge, cual susurro, una voz femenina que en árabe desdobla su nostalgia:
Soy ajena a este mundo, una ajena, y hay en mi exilio una severa soledad y una dolorosa tristeza.
Tomando de un fragmento de La tempestad (entre noche y día) del gran poeta libanes Yibrán Jalil Yibrán, Kamilya Jubran y Werner Hasler componen la canción Ghareebah (extraño), con la cual inician su primer disco juntos, llamado Wameedd (destello de luz).
De ascendencia palestina, Kamilya nació en Akka, Israel. Su padre, un auténtico luthier y maestro, fue su puerta a la música árabe clásica. Además, por veinte años perteneció al grupo Sabreen, mítico estandarte de resistencia y experimentación musical palestino. Por su parte Werner, suizo, combinó sus raíces en el jazz con la música electrónica, colaborando con proyectos y músicos tan diversos como el ballet en el Teatro de la Ciudad de Berna y el diseñador sonoro japonés Sunao Inami.
Esta fusión impacta en Ghareebah, en la que él crea sonoridades a partir de minuciosos recursos electrónicos y digitales, conformando una atmosfera cálida y mística, a la vez que ella explora sensiblemente sus propios territorios, las huellas de lo que podría haber sido, sus rupturas y sus líneas de fuga. Música y voz se rozan y acarician con sensualidad, mas nunca erosionan sus propias texturas.
El exilio duele. Saberse desposeída de su propia tierra es una carga pesada que requiere cartografiar ilusiones que mitiguen su gran pena. Dando voz a Jalil Yibrán -quien vivió también en un eterno destierro- ella confiesa:
Estoy sola, pero en mi soledad contemplo un país desconocido y encantador, y esta visión llena mis sueños de espectros de una tierra grande y lejana que mis ojos nunca han visto.
Esta búsqueda requiere otros planos y espacialidades que permitan llegar a un sitio seguro. Al trabajar junto con Werner, Kamilya encuentra un páramo en el cual desplegar sus raíces, los ecos y las voces que en su historia carga. Sin embargo ese terreno no es propio y el exilio parece una condena:
Soy una extraña en este mundo; recorrí el Universo de punta a punta, pero no pude encontrar un lugar donde aposentar mi cabeza; ni conocí a ningún humano con el que pudiera confrontarme, ni a un individuo que pudiera escuchar mis pensamientos.
¿Puede la música componer nuevos territorios? ¿Es la voz capaz de dar asilo a quienes se niegan a que la ocupación de su pasado impida su devenir?
Cual destello de luz, un laúd cierra la pieza, alumbrando una meseta segura en el horizonte.


Video de Ghareebah
Letra de la canción

Fragmento de La tempestad (entre noche y día), de Yibrán Jalil Yibrán

Gabriela García Muñoz
El arte es el pleno gozo con el que la belleza se expresa a sí misma;
y su creación, la más real semejanza del hombre con la Divinidad.
-G. Agudelo

Graciela Agudelo es una compositora mexicana que además se ha dedicado a la pedagogía, la educación y difusión de la música por diferentes medios.  Ha producido programas radiofónicos y en su labor como escritora ha realizado libros tanto de carácter literario como didáctico. Su catálogo incluye obras para orquesta, voz, instrumentos solistas, grupos de cámara y  música con fines didácticos.
“Invocación” es una pieza para Violonchelo solo. El discurso del instrumento es bellísimo. Los silencios y las cadencias por las que son antecedidos, así como los inicios de cada frase sorprenden de una manera sutil, tan atinada que resulta muy fácil disfrutar la obra. Es una pieza de carácter espiritual e íntimo, su gracia consiste precisamente en su aparente sencillez. El ritmo, las cadencias y las dinámicas que van cambiando de manera gradual aunadas al hermoso sonido del instrumento, llevan al oyente a través de la pieza sin dificultad, como si ésta se hiciera cargo de guiar a través de ella el pensamiento del espectador. Invita a quien la escucha a conectarse con su interior y cuando finaliza lo hace de una forma tan limpia y clara que deja con un buen sabor de boca y ganas de seguir escuchando.



“Hablemos del sexo… opuesto.”

POR: MAYRA ANTONIA VALDIVIA MIRANDA

El pasado 29 de noviembre “La Hidra” presentó la última función de su temporada de teatro en atril “Hablemos del sexo… opuesto”. Los textos que los actores leían y dramatizaban se presentaban en cuatro actos distintos, donde trataban el tema principal de las relaciones amorosas, de lo que las mujeres piensan y hablan de los hombres entre ellas, y de igual forma lo que los hombres dicen de ellas cuando están solos. Son dos horas en las que se presentan relatos muy de la vida cotidiana, del pensamiento general de los hombres y mujeres, una obra sin duda muy apegada a la realidad y con su toque cómico.

Su vestuario neutro a blanco y negro, sin escenografías solo unos bancos y atriles, unas botellas de cerveza y copas de vino como utilería. Bajo la dirección de Enrique Torres Gutiérrez y con los textos y adaptaciones originales de Armando Cuauhtli, este grupo de teatro sin duda alguna logra que el teatro en atril sea verdaderamente disfrutable para el público, ofreciendo la oportunidad de escuchar el teatro desde su origen que es el texto creado por el dramaturgo, cosa que ya no es tan común de ver en esta disciplina artística.