viernes, 30 de noviembre de 2012

ENSAYO DE UN CRIMEN
Luis Buñuel
Por: Arturo Andrade Medina
Lo que más me llamo la atención de la película definitivamente es la profundidad con  la  que fue construido el personaje principal interpretado por el Ernesto Alonso, lleno de   detalles.  El director logra llevar a flor de piel del espectador el deseo del personaje que se va acrecentando a lo largo del filme y conforme se van frustrando sus intentos por consumar su crimen.

¿Qué hubiera pasado si el crimen se consumara? El personaje perdería su razón de ser, tal vez era lo que lo motivaba a seguir adelante.

El personaje de Lavinia trae a la vida a Archibaldo y a la película en sí, estimulando su impulso de deseo.

Me hace recordar la película de Kubrik  “Lolita” donde el personaje principal un escritor que va un pequeño pueblo a descansar y poder hacer sus labores  literarias con toda calma, se encuentra con un ente que le cambia la percepción de la vida, la hija de la arrendadora de la casa, una criatura delicada y encantadora, pero muy inteligente que logra seducir al escritor.

En esta ocasión pareciera que el cambio es  en sentido contrario. Un hombre de bien, responsable, cambia toda su vida por el deseo que siente por la niña. Otra particularidad de la película es que los personajes hablan de la consumación de su amor, o su capricho, pero a lo largo de la película jamás hay  una imagen de un contacto sexual real, al igual que en la película de Buñuel en la realidad no lleva a consumarse en deseo lo que provoca que al espectador nos siga causando suspenso y tensión.

Los extraños gustos del personaje, la leche, la cerámica  su trato casi femenino que parecía gustar a todo mundo, tal vez porque tenía dinero y también hace reflejo de la sociedad de aquella época.  Y como los ciclos rutinarios se ven fracturados por un recuerdo de su pasado llena de significados  la caja de música.

No hay comentarios:

Publicar un comentario