lunes, 3 de diciembre de 2012

Melancolía: un bello final
Por: Denisse Juárez

“Y cuando digo que estamos solos. Estamos solos.
 La vida existe solo en la Tierra.”
Melancolía.

                La palabra “Melancolía” paradójicamente es una de las palabras más bellas que conozco. Parece una descripción hecha a medida para aquellas personas que hagan lo que hagan siempre acaban citándose con prolongados momentos de tristeza que en el fondo parecen el cobijo de sus vidas. Por extraño que parezca, esos momentos de tristeza deben ser enormemente disfrutables, pues cuando los abandonas te invade la sensación de que te has traicionado a ti mismo.

                Melancolía”, la nueva obra del director Lars Von Trier, es un film poderoso y atípico, que rompe con ciertos estereotipos de la ciencia-ficción y el drama ya que le aporta una nueva perspectiva al "cine catástrofe".

                Trata sobre el fin del mundo pero también una exploración de las relaciones humanas que se desarrollan paralelamente a los últimos días de la vida sobre la faz de la Tierra. La historia gira alrededor de un planeta homónimo, que choca contra la Tierra destruyéndola al inicio del film.

                Luego de revelarnos ese elemento crucial de la trama para que eliminemos cualquier posibilidad de supervivencia de los personajes, el film nos lleva a la boda de Justine (Kirsten Dunst) y Tom (Alexander Sarsgaard) cuya relación comienza a deteriorarse a medida que Melancolía se acerca a la Tierra. Te seduce el carácter melodramático de su trama, el empleo manipulador de la música, el atractivo acabado visual y la relación sentimental de las dos hermanas protagonistas, que representan Kirsten Dunst y Charlotte Gainsbourg, que es espléndida dentro del núcleo de la historia, dos signos que encarnan la inseguridad y el sentimiento de esta interesante película.

                No es un film simple ni accesible pero sus actuaciones, cinematografía e historia combinadas con la poderosa música de Wagner terminan creando una obra sumamente especial y que probablemente será más que disfrutable para los fans del cine artístico. Hipnótica por instantes y quizá necesaria para cualquiera que no desee sentirse fuera de conversaciones o debates, “Melancolía” puede ser una película que convenga ver. No obstante, en mi opinión, queda lejos de la fuerza que tenían trabajos anteriores de Von Trier y se puede apreciar más como aglomerado de imágenes impactantes que como conjunto vivo. No sé si el director quería hacer algo extraño y que no fuese bonito, ya que solo logro la mitad de estos dos objetivos.

                Bueno al terminar de ver la película lo primero que me vino a la cabeza fue, como bien apunta Todd McCarthy de Variety, que he visto un cruce letal entre Celebration y Armaggedon. La película es una metáfora de la depresión que vivió el director danés hace unos años. Una metáfora sobre la negativa a vivir trasladada a una boda. Una metáfora en imágenes durante el comienzo y hasta el final.

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