lunes, 15 de octubre de 2012

Capitulo 1: El mecanismo de la repetición.

Por: Adrián Martínez.

Use una palabra, repítala una y otra vez hasta el infinito y perderá totalmente su significado. Sea un crítico musical y utilice una palabra de moda adherida a un género que otros presumen muerto. Alcance la fama y funde ipso-facto un género que se repetirá hasta que alguien recuerde que no había ninguna definición sensata para validar aquel concepto. Siga usando el concepto porque no existe ningún otro que le reemplace.

Eso le pasó al post-rock. Lo que inició con una forma de definir a músicos de rock que habían distorsionado tanto la estética tradicional y genérica que imperó durante décadas, se convirtió rápidamente en otra escena que se celebraba a si misma, como el shoegaze. Artistas como Slint, Bark Psychosis y Talk Talk inspiraron las primeras menciones de dicho género musical. Estos pioneros abrieron el paso para la primera oleada de post-rock cómo tal, no imponiendo un estilo predeterminado, sino estableciendo una forma de operación que va de la siguiente forma:

"Una absoluta libertad musical que persiguiera el abandono de las estructuras obsoletas de composición, de los acercamientos conservadores a la música rock, a sus ideas gastadas e insostenibles."

Los estilos particulares fueron marcados por tres discos en especial: Tortoise (homónimo), F#-A (Infinity) de Godspeed You! Black Emperor y Young Team de Mogwai. Los tres sumamente diferentes entre sí, dieron paso a bandas que repetían estos sonidos desde finales de los noventas hasta la década pasada. Debido a que las mecánicas de estos copycats se vieron viciadas y contrapuestas al surgimiento inicial de estos estilos, se empezaron a usar etiquetas despreciativas como crescendo-rock, aludiendo a las interminables canciones que eran solo melodías simples en constante ascenso por las escalas. Por ello, cientos de bandas de post-rock editaron solamente unos cuántos demos o un disco, y siempre actuaron expandiéndose mediante la web, persiguiendo incansablemente los conceptos DIY "Do It Yourself".

Para finales de los 00's, el concepto de post-rock había sido usado tanto por los mismos fans y por quienes lo producían, que las bandas que habían sido pioneras de la operación y de los estilos comenzaron a detestarlo y adoptaron etiquetas propias y mucho más definidas como No-rock, Neo-classical Punk, etc. Ante tal crisis, se necesita de mucho coraje y valor para estar dispuesto como músico, a llamar a una pieza como post-rock sin que la crítica deshumanizada o las mofetas burlonas de otras "neo-vanguardias musicales" (Nótese la estupidez) lo destrocen a uno como si  se tratara de una boy-band. Industries Of The Blind es una de éstas agrupaciones con tal coraje, y que salen especialmente bien libradas de llamarse a si mismas post-rock.

Al día de hoy, el único trabajo de éste ensamble de nueve jóvenes músicos de Boston se llama Chapter 1: Had We Known Better, parte de una trilogía (según han dicho los miembros) y lanzado el 25 de febrero de 2011 sin ninguna disquera de por medio y obtenible únicamente vía gratuita en su página web, es un material de poco más de treinta minutos de duración dividido en tres piezas instrumentales.

Las tres conforman un soundtrack fenomenal de una película que no existe, utilizando efectivamente instrumentos tradicionales del rock, que no suenan en absoluto a rock, e incluyendo a una reducida sección orquestal que se funde con los instrumentos eléctricos.

Con una apreciación simple, se podría encontrar que realmente esto no es nada nuevo a las últimas oleadas del género, teniendo los característicos nombres largos que sustituyen la ausencia de canto, la larga duración de las composiciones, el ascenso y las repeticiones en las formas sonoras, etc. Pero con una inspección más detallada, o quizás en la primera impresión uno podría darse cuenta de que esta es una de esas ocasiones en que las cosas trilladas, viciadas y descompuestas, vuelven a tener un ser vibrante que las distingue y las hace sobresalir.

"I just wanted to make you something beautiful" abre con trece minutos de algo que ya varias personas han descrito –visceralmente y sin fundamento- como post-orquestal. Lo que comienza como una tenue línea de piano tocado en una cámara con eco, y unas pocas notas de guitarra, se matiza rápidamente con una prominente, nostálgica y emotiva sección de cuerdas que se respalda de dos guitarras que conversan mientras la batería se adhiere. Tan rápido como llegan se van para dejar de nuevo al piano y su peculiar resonancia para volver luego con aún más tranquilidad. Los instrumentos denotan un uso bastante poco complicado pero excepcionalmente ensamblado, emiten un dialogo constante que en otro par de minutos deja de protagonista brevemente a una guitarra que invita al resto de los músicos de nuevo, con un motivo cada vez más nostálgico, cada vez más evocativo de una desesperación, cómo dice el título, por querer solamente hacer algo bello. Los violines lloran y las guitarras toman fuerza, el tiempo se acelera y la batería toma un ímpetu excepcional, en un crescendo relativamente corto que no cae directamente en la típica explosión. Otros breves diálogos de guitarra y sección de cuerdas nos dejan colgados del ahora ya minuto nueve, en el que ya no queda más que flotar mientras un casi imperceptible y dulce punteo de guitarra se ahoga en las cada vez más prominentes percusiones que terminan inundando la composición hasta su fin.

Tras un abrupto corte "Waiting and waltzing in airport terminals" nos trae una composición que podría parecer enormemente parecida, pero que dentro de si misma presenta un poco más de variedad en el lenguaje instrumental del ensamble lo que da una sensación menos hipnótica provocando que, a pesar de mantener un tiempo en general más movido (ciertamente más de waltz que de otra cosa), se perciba conscientemente su duración. Después del minuto cuatro, la mecánica cambia una vez más, buscando evitar repeticiones inútiles sin dejar de presentar una línea emotiva propuesta por las cuerdas. Al décimo minuto, y sin crescendo alguno, se presenta la única explosión de las tres piezas que deriva en un final anunciado y un descanso ambiental.

“The lights weren't so bright, but our eyes were so tired”, con apenas cinco minutos cierra con una rítmica totalmente distinta y una atmósfera en general mucho menos melancólica. Es digerible, es una bella sonata mucho más tradicional que sobresale una vez más por la excelente amalgama de simplicidad y emotividad entre todos los músicos. Los créditos del primer capitulo de un libro o la primera entrega de una trilogía fílmica inexistente ruedan mientras uno se queda pensando que podrá venir en el Chapter 2.

Industries Of The Blind, casi instantáneamente se posicionó como uno de los últimos exponentes de calidad del post-rock, como una novedad que quizás no esté reinventando el género, pero que sí le da un aliento de aire puro a un movimiento que tenía enfisema pulmonar. Dentro de sus discretas vidas en Boston (de dónde solo han salido para tocar un par de veces) se mueven bajo una prerrogativa sencilla e increíblemente cercana a la de bandas como GY!BE en sus inicios. Al referirse a la descarga gratuita en formato de alta calidad que ofrecen en su sitio oficial dicen: "Chapter 1: Had We Known Better” es esencialmente gratis si así lo deseas. Lo único que pedimos es que si disfrutas nuestra música o si mejora tu calidad de vida de cualquier manera, la compartas con tanta gente como sea posible y/o que hagas una donación al enlace de paypal que está debajo."

Use una palabra, repítala una y otra vez hasta el infinito, y perderá totalmente su significado. Déle un nuevo significado y atrévase a usarla contra el mundo, y este tal vez vea su esencia detrás de toda utilidad.
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Puedes encontrar fechas, donar a la banda, escuchar Chapter 1 y/o descargarlo aquí:
http://www.industriesoftheblindmusic.com/

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