lunes, 15 de octubre de 2012

  
Entre libros, gauchos, tangos y milongas en  León
Por: Patricia Villagrán

“Tango fatal, soberbio y bruto. Notas arrastradas, perezosamente, en un teclado gangoso. Tango severo y triste. Tango de amenaza. Baile de amor y muerte.”
Ricardo Güiraldes

Me encontraba paseando a eso de las 6:45 pm un martes por la Calzada de las Artes en León Guanajuato con motivo de la Feria del Libro por parte del Instituto Politécnico Nacional, la cuál tuvo inicio el 27 de septiembre y culminó el 2 de octubre del presente, además como país invitado contó  con la presencia  del país gaucho por excelencia. El motivo de mi paseo aparte de merodear entre libros era más que nada el espectáculo de clausura, el cual  comenzaría a eso de las 7:00 pm. Al conocer que dicho evento se engalanaría de las tradiciones y cultura argentina, decidí asistir para deleitar mis sentidos y a pesar de la espera (comenzarían una hora mas tarde) y de tan poco público (que en su mayoría era gente adulta), fue una experiencia sorpresivamente grata.
Iniciando con una disculpa aceptada cordialmente por todos los asistentes, comenzó a tocar el conjunto conformado por la pianista salvadoreña, los dos cantantes y guitarristas argentinos y el joven bandolonista mexicano, el cuál se destacó por su gran habilidad en el manejo de su instrumento a la corta edad de 21 años.
Algunos fallos de disonancia con una guitarra y sus bocinas o la mala cara del más joven de los guitarristas al inicio, fue quizás el único fallo que hubo en el show, de ahí en más todo fluyó armoniosamente. Cantando y contando las historias de tangos prohibidos de su tierra natal, fue agradecido que explicaran el contexto de algunas piezas para que la velada se tornara más íntima y no se quedara en un simple espectáculo en el que el intérprete coge su instrumento, toca y se va. Canciones famosas (en su mayoría del gran exponente del tango, Carlos Gardel) como UNO fueron cantadas entre murmullos por público que poco a poco fue dando su confianza a los artistas para después cantar a todo pulmón EL DÍA QUE ME QUIERAS.
El conjunto fue acompañado además de una excelente pareja de bailarines  que con sus perfectos y eróticos movimientos nos demostraron la pasión con la que se debe bailar el tango, además de su buena coordinación, expresión corporal y porte. Entraron a escena 3 veces y claro está que no podían olvidarse de bailar la mítica canción POR UNA CABEZA que tantas personas tienen en su memoria gracias a la escena de la película PERFUME DE MUJER. Delicioso, sublime y sensual así es el tango y esta no fue una excepción.
A este número le siguió un espectáculo gaucho entre el maduro guitarrista y otro hombre ( el cual resulto ser un cómico) los cuales interpretaron un malambo (baile tradicional en su mayoría hecho por varones, el cuál es una especie de duelo; gana el que demuestre mas habilidad  con distintos elementos claro está) que se tornaría en una especie de circo, con los trajes típicos y peligrosas boleadoras  mantenían al público cautivo,  que en lo personal fue de una difícil y perfecta ejecución además de causar cierto temor, pero que cuando se le pidió a una persona (un hombre)  del  público pasar a imitar tan mortal baile ganó la risa y diversión los presentes al no lograr la proeza y cercenarle el cigarrillo de su boca, sin recibir daño alguno.
Sin duda un gran espectáculo que difícilmente se repetirá en tan concurrido espacio leonés, me dejó un gran sabor de boca el haber asistido.


                       

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