lunes, 15 de octubre de 2012

Donde la acción nos da la historia
The Bunny Game
Por: Gladys Moreno Longoria
¿Qué pasa cuando mezclamos al director, camarógrafo y productor Adam Rehmeier y a la cantante, performer y activista Rodleen Getsic?
Obtenemos 76 minutos de horror psicológico, onírico, deshumanizado, sádico y (para algunas buenas conciencias) difícil de digerir…pero que deja la sensación de que algo falta.
El filme, explicito de inicio a fin nos narra la historia de una mujer, anónima, prostituta y drogadicta, interpretada por Getsic; nos muestra a sus clientes, sórdidos y tan anónimos como ella, nos muestra su vida, sus carencias, pero nunca nos permite adentrarnos en su historia, nos la muestra como un personaje central, si, pero casi escogido al azar, una entre tantas que nos podríamos encontrar. De esta forma, el encuentro con su verdugo, un sádico camionero que asume el disfraz de un cliente mas es meramente circunstancial, este personaje interpretado por Jeff F. Renfro, (quien al también en la vida real es camionero), nombrado como Hog en el cast, durante el desarrollo de la cinta es tan anónimo como todos los demás.
A partir de este punto el referente constante de la cinta es la locura, la desorientación, la violencia y el miedo a ser objeto de esta: la chica despierta encadenada dentro de la caja de tráiler,  frente a un televisor, a través del cual conoce (y conocemos) a las otras víctimas de Hog, reducidas a una grabación que se repite, a la reiteración de una acción de la que nuestra chica se ha vuelto participe al ser video grabada a su vez, donde su mente es torturada de formas que en lo personal me remiten a métodos militares y policiales.
Hay un par de diálogos, son circunstanciales, la ambientación la da la música que muy al estilo grindcore fue compuesta por el mismo Rehmeier pero la historia se forma con la reiteración de acciones completamente visuales. Cabe mencionar que las pocas torturas físicas que se muestran en la pantalla, fueron realizadas en el cuerpo de Getsic, que como el resto del cast no tenia entrenamiento actoral antes de la película.
Y el final, la mejor forma de describirlo es inesperado, pareciera incluso una manifestación de benevolencia, pero para mí, encierra la sonrisa de un sádico satisfecho.
Curiosamente el único personaje que si tiene un nombre (Jonás) no aparece durante el transcurso de la película, es mencionado por Hog, quien lo llama desesperadamente para que acuda a su encuentro… ¿es producto de las alucinaciones de Hog, quien también consume cocaína? ¿Es un compañero sádico, o su maestro? Es otro de esos huequitos en la historia que la historia misma se niega a revelarnos. Jonás es también el nombre de la nueva cinta de Rehmeier, estrenada en 2012 y que no he tenido el gusto de ver.






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