Por: Dulce Peña.

Nombre: “Niña”

Autor: Joaquín Sorolla Bastida.

Año de realización de la obra: 1904.

Técnica: óleo sobre tela.

Pintura perteneciente a la exposición temporal de nombre “Prodigios de la Luz: Joaquín Sorolla”, que actualmente se presenta en el Museo de Arte e Historia de Guanajuato, en el Fórum Cultural de León.

Sorolla fue uno de los principales representantes del realismo español.

La obra reúne principales características impresionistas, como: plasmar el movimiento perceptible a causa del viento, capturar un momento fugaz e instantáneo, la importancia de la captación de las zonas de luz, las pinceladas pequeñas y sueltas que son perceptibles a simple vista.

Durante la contemplación de la pintura se puede observar la mezcla entre las diferentes tonalidades de los colores fríos de fondo, que representan al mar y el reflejo del cielo en el mismo, y el contraste entre los colores cálidos plasmados en la luz del sol reflejada sobre los niños que juegan dentro del mar y la parte de la cabeza, brazos, manos y  el vestido de la pequeña que observa con detenimiento, a la orilla del mar. El blanco luminoso de las espuma de mar generada por el movimiento de las olas, mismo que se percibe al observar la pintura.

La escena de los dos niños jugando en el mar se interrumpe con la serenidad y la calma de la niña, en su observación hacia el horizonte, en la búsqueda del fin de ese mar que parece infinito, ese momento que dedica a la contemplación de esa pintura natural que capta su atención y que el mismo instante le permite observar.

El autor tuvo el deseo de captar este instante preciso y plasmarlo en una pintura que ha prevalecido y ha sido deleite de la vista de muchos que hemos tenido la posibilidad de apreciar esta imagen digna de observar.

La presencia de frente al cuadro, su gran tamaño y la representación de sus imágenes, es una ventana que le permite al espectador presenciar la escena y remontarlo a la misma, siendo participe de la obra.

Todas las obras de la exposición me agradaron, pero esta fue una de las que más me impacto desde el momento en que la vi, al inicio de la exposición.

Sin duda es una obra que encanta, digna de ser observada y apreciada en todo su esplendor.