miércoles, 4 de diciembre de 2013

Público Segregado según sus ingresos
Por: Elizabeth Aparicio Díaz

El capitalismo mueve al mundo, el dinero es un factor que dota a las personas de “estatus social”, dinero al que le adjudicamos nuestras expectativas, usándolo para diferenciarnos unos de otros, y permitirnos alienar a una sociedad en la que el ingreso marca el sector al que pertenecemos, mundo donde las minorías no tienen espacio y son relegadas, como si se tratase de seres inferiores.
Santiago Sierra, artista español muestra un peculiar interés por apuntar hacia esta segregación social, víctimas de la marginación económica; en esta ocasión hablaré un poco de su obra “Público segregado según sus ingresos”, performance que se llevó a cabo en el Instituto Cervantes de Berlín Alemania, donde se colocó en la entrada a un simposio un cartel con la indicación de qué entrada debía tomar el público, de acuerdo a sus ingresos en relación a 1000 euros, los que tuvieran  un ingreso menor al de la cifra mencionada estarían en la sala, pero con una barrera que los separaría de los que tuvieran mayor ingreso, es importante mencionar que los ponentes se encontraban dando la conferencia en el área de “los privilegiados” y los segregados solo se conformaban con escuchar.
Esta acción denota discriminación, sin embargo es lo que el artista intenta mostrar, todos en algún momento hemos visto a personas de menor ingreso económico con cierto recelo, no es exclusivo de gente acaudalada; es una cadena interminable, ¿somos ricos en comparación con quién?, esa es la pregunta que Santiago Sierra manifiesta en sus obras. ¿Quiénes somos para segregar a la gente?, este repudio lo hacemos porque en algún momento lo hemos sufrido, y como cadena sin fin, queremos desquitar nuestra frustración con alguien más.
La crítica al capitalismo es constante en su obra, ya se había visto en trabajos anteriores, donde Sierra contrata a personas para realizar alguna tarea absurda o denigrante, haciendo énfasis en la falta de empleo y la manera como son explotados los trabajadores, que sin importar la faena que tengan que hacer la realizan porque no hay otras opciones, poniendo en evidencia la precariedad laboral que obliga al trabajador a aceptar la explotación y los sueldos bajos.

Sierra trabaja con la intención de fundir arte con economía; capitalismo y explotación; discriminación con opulencia y finalmente lo logra de una manera magistral, que confronta, molesta y sugiere al público ver a través de las minorías segregadas; sin embargo es hilarante pensar que la mayoría de la gente que adquiere sus obras están ubicados en la esfera del poder. Crítica y goce en una sola pieza.



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