lunes, 30 de septiembre de 2013

Ballet Folclórico de México Aztlán

Por: Carla Magali Hernández Vázquez


Ay!  Qué bonito es volar a las dos de la mañana,
A las dos de la mañana,
Ay! Qué bonito es volar ¡Ay mamá!
Subir y dejarse caer en los brazos de una dama,
En los brazos de una dama,
Y hasta quisiera llorar ¡Ay mamá! (…).

La presentación del Ballet Folclórico de México Aztlán te atrapa y sumerge en un maravilloso, soberbio y colorido viaje por cada rincón del país. Dirigido por la  distinguida bailarina y coreógrafa Silvia Lozano, el grupo de danza folclórica Aztlán, con más de 50 años de historia da muestra de la riqueza cultural de México.

La compañía de danza Aztlán se presentó el día viernes 27 de septiembre en la plaza principal de la ciudad de Salvatierra, Guanajuato; con un lleno total, los bailarines deleitaron al público expectante con un fascinante recorrido tiempo-espacio por los estados de Tabasco, Veracruz, Yucatán, Jalisco, entre otros.
Con gran maestría en el trazo coreográfico, ejecución de movimientos, detalle artístico en el vestuario y demás indumentarias, así como los objetos necesarios para la producción de las piezas dancísticas, se evidencia el nivel de profesionalismo de cada uno de los integrantes de esta compañía.

El momento más mágico de la velada sin duda alguna fue la presentación del son jarocho “La Bruja”, reconocido por su oscuridad, misticismo y belleza, que llenó al público de cierta melancolía y encanto, donde los pequeños se escondían tras las “faldas” de sus madres asombrados por las extrañas figuras femeninas que se movían lentamente alumbradas sólo por una veladora sobre sus cabezas, y donde los grandes disfrutaron del pacifico y relajante abrazo de la noche.
Y que mejor manera de finalizar el espectáculo que con el alegre, dinámico y característico “Jarabe Tapatío”. El fascinante vestuario femenino lucio aún más hermoso por la fuerza y gracia con la que las mujeres movían su falda, sin quedarse atrás, los bailarines rindieron honor al traje de charro con el porte, elegancia y masculinidad que dicho atuendo merece, contando con un mariachi al fondo del escenario haciendo sonar sus trompetas y violines, la última pieza del espectáculo logro que todos los espectadores aclamaran de pie la presentación. Como bien describe a la danza Agnes de Mille “La expresión más auténtica de un pueblo está en sus danzas y su música. Los cuerpos nunca mienten.” El Ballet Folclórico Aztlán es un fiel retrato de nuestras costumbres y tradiciones.


Aquella noche en un ambiente de alegría, gozo y fervor, la plaza de Salvatierra se vio envuelta en el más profundo sentimiento de hermandad, satisfacción, unidad, fortuna y orgullo patrio.



2 comentarios:

  1. Claro, descriptivo y contundente, tu texto es muy ameno y está bien trabajado, desde el epígrafe inicial pones a tu lector a tono; informas los datos necesarios y acabas por particularizar momentos, fracciones de totalidad que aportan sensaciones y observaciones puntuales.

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  2. Sabes, el ballet folklórico no suele despertarme interés. Si al andar lo encontrara seguro le dedicaría un poco de atención, pero al primer asomo de los charros huiría lejos, muy lejos en verdad.
    Sin embargo, al leer tu crítica me dieron ganas de haber estado ahí.
    Sólo no se lo digas a nadie

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