Ballet Folclórico de México Aztlán
Por: Carla Magali
Hernández Vázquez
Ay! Qué bonito es volar a las dos de la mañana,
A las
dos de la mañana,
Ay! Qué
bonito es volar ¡Ay mamá!
Subir y
dejarse caer en los brazos de una dama,
En los
brazos de una dama,
Y hasta
quisiera llorar ¡Ay mamá! (…).
La presentación del Ballet Folclórico de
México Aztlán te atrapa y sumerge en un maravilloso, soberbio y colorido viaje
por cada rincón del país. Dirigido por la
distinguida bailarina y coreógrafa Silvia Lozano, el grupo de danza
folclórica Aztlán, con más de 50 años de historia da muestra de la riqueza
cultural de México.
La compañía de danza Aztlán se presentó el día
viernes 27 de septiembre en la plaza principal de la ciudad de Salvatierra,
Guanajuato; con un lleno total, los bailarines deleitaron al público expectante
con un fascinante recorrido tiempo-espacio por los estados de Tabasco,
Veracruz, Yucatán, Jalisco, entre otros.
Con gran maestría en el trazo coreográfico,
ejecución de movimientos, detalle artístico en el vestuario y demás
indumentarias, así como los objetos necesarios para la producción de las piezas
dancísticas, se evidencia el nivel de profesionalismo de cada uno de los
integrantes de esta compañía.
El momento más mágico de la velada sin duda
alguna fue la presentación del son jarocho “La Bruja”, reconocido por su
oscuridad, misticismo y belleza, que llenó al público de cierta melancolía y
encanto, donde los pequeños se escondían tras las “faldas” de sus madres
asombrados por las extrañas figuras femeninas que se movían lentamente
alumbradas sólo por una veladora sobre sus cabezas, y donde los grandes
disfrutaron del pacifico y relajante abrazo de la noche.
Y que mejor manera de finalizar el
espectáculo que con el alegre, dinámico y característico “Jarabe Tapatío”. El
fascinante vestuario femenino lucio aún más hermoso por la fuerza y gracia con
la que las mujeres movían su falda, sin quedarse atrás, los bailarines
rindieron honor al traje de charro con el porte, elegancia y masculinidad que
dicho atuendo merece, contando con un mariachi al fondo del escenario haciendo
sonar sus trompetas y violines, la última pieza del espectáculo logro que todos
los espectadores aclamaran de pie la presentación. Como bien describe a la
danza Agnes de Mille “La expresión más
auténtica de un pueblo está en sus danzas y su música. Los cuerpos nunca
mienten.” El Ballet Folclórico Aztlán es un fiel retrato de nuestras
costumbres y tradiciones.
Aquella noche en un ambiente de alegría, gozo
y fervor, la plaza de Salvatierra se vio envuelta en el más profundo
sentimiento de hermandad, satisfacción, unidad, fortuna y orgullo patrio.
Claro, descriptivo y contundente, tu texto es muy ameno y está bien trabajado, desde el epígrafe inicial pones a tu lector a tono; informas los datos necesarios y acabas por particularizar momentos, fracciones de totalidad que aportan sensaciones y observaciones puntuales.
ResponderEliminarSabes, el ballet folklórico no suele despertarme interés. Si al andar lo encontrara seguro le dedicaría un poco de atención, pero al primer asomo de los charros huiría lejos, muy lejos en verdad.
ResponderEliminarSin embargo, al leer tu crítica me dieron ganas de haber estado ahí.
Sólo no se lo digas a nadie