Por: Omar Raymundo Martínez Jiménez
España,
la calle[1]
Esta
novela ambientada en Colima en los años sesentas y setentas, nos narra las
historias sucedidas en la calle España del centro de Colima, sitio donde en aquellos
tiempos era cede de cantinas, prostitución por las noches y de hoteles para
pasar solo una noche. Al principio el personaje principal Leonardo niño se
muestra curioso por lo diferente o por lo que no todos los niños ven en las
cosas, por ejemplo la sensualidad, que a su parecer, encuentra en los ángeles
casi tamaño real para los nacimientos navideños; en la adolescencia todavía se
siente un chico diferente a los demás, se siente femenino, se siente “torcido”
como un “joto”; en la adultez es consciente de su sexualidad y que ni haber
pasado en entrenamiento militar le quita lo “torcido”, para muestra de ello su
eterno enamoramiento de un “chichifo” llamado Galilo, placer y perdición a la
vez en toda su vida.
El
autor en su novela muestra una serie de metáforas desde el principio a fin,
comparaciones del calor húmedo de Colima y la vida tranquila de las personas
con alguna canción de Beethoven con sus compases apaciguantes, o metáforas del
placer indómito que siente el personaje cuando esta con un amante, pero por
otro el análisis psicológico de sus personajes es sencillo y gracioso para el
lector, toda una descripción carnavalesca y desinhibida de “las amigas” de
Leonardo, descripciones que a mi parecer hacen juego con la no moralina de los
personajes, con la forma apasionada y lujuriosa con la que viven los
personajes; todo esto como respuesta a una crítica social del Colima de aquel
entonces, en donde los placeres carnales eran muy mal visto por una sociedad
católica en su mayoría. En mi opinión contiene una muy buena calidad narrativa,
el cómo usa los diálogos es una buena combinación con toda la narrativa, además
que la esencia de la novela es un retrato conmovedor de la manera de vivir las
minorías culturales, realmente una obra digna de leer y que al recordarla te
sacara una sonrisa, porque recuerdas aquel lugar de donde eres, de aquella
calle de donde tú provienes, de aquellas amistades que no se olvidan y de
aquellos placeres de niñez y juventud, de tu propia España, la calle.
Bien hecho, tienes fallas mínimas en la escritura que podrían ser resueltas fácilmente con una relectura, la ficha contenida en la nota al pie pudo ser de mayor utilidad en el transcurrir del texto, al estar allí exiges que –para remitirte al autor- salgas constantemente de la lectura y regreses al pie. Das cuenta de la narración y le otorgas ciertos comentarios de valor aportando juicios. Una cosa, a veces citas elementos de la novela como detalles muy particulares que solo alguien que ya la leyó puede entender, eso excluye en ocasiones al lector que quiere seguirte el paso, pero quizá aporte una sugerencia de lectura atinada.
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