Transmigración teatral
Por:
Erika Quiroz Avendaño
Me
dirijo a degustar una obra teatral mientras la noche se acuesta sobre las 7.30
pm entro a un recinto donde se escucha de fondo una voz: Primera llamada
primera, paso sentarme en una butaca del Auditorio de la Casa de la Cultura de
San Francisco del Rincón, veo a una actriz recuerdo que decía mi boleto que el
monologo será actuado por Karla María Blanco la obra que es dirigida por Miguel
Lugo, “Moliere por ella misma” de la dramaturga francesa Francoise Thyrion.
Una
conferencia magistral sobre el gran dramaturgo, humorista y actor francés Moliere,
donde se descubrirá el conferencista a cara a cara con Moliere.
Una
vela encendida para aquellas almas perdidas: ensalivas, bebes cera liquida que
provoca una quemazón instantánea la escupes solidificada, el extremo que toca
ella misma por conferenciar para nosotros lo que fue una histórica vida de
comedia.Se escapa por las butacas la compostura de una mujer, elegante y
correcta; es poseída repentinamente,hay una constante disputa histriónica que
la desarticula, a cada movimiento evocativo de la figura de Jean–Baptiste Poquelin
(para los amigos), cual ceremonia espiritista el espacio se vuelve un discurso
reencarnado, desde su masculinidad, franqueza e insistencia de que se ratifique
su historia entre intervalos iracundos.
Enlaces:
Proporcionas información prudente (es un monólogo presentado tal día y lugar, escrito, actuado y dirigido por, trata sobre…) pero de manera demasiada subjetiva: me dirigí a, cuando yo oí la primera llamada, cuando yo pase y me senté, etc. La expresión personal –ya que exige brevedad- debería de contraerse hacia tu opinión a la pieza y sus implementos no tanto a tu estatus de visitante.
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