Réquiem KM 142 –
Creación - Destrucción / Vida- Muerte
Elizabeth Aparicio Díaz
Vivimos en una sociedad de consumo,
donde utilizamos objetos para validarnos como seres superiores, utilizándolos
como una extensión de nosotros, que nos permiten sentirnos seguros y olvidarnos
por un momento de lo frágiles que somos.
Pero una vez que este objeto deja de
sernos útil, llega indudablemente a su fin, a ser solo un desecho un
desperdicio.
La pieza llamada Réquiem KM 142 comenzó como un viaje por parte del artista Jaime
Ruiz Otis para conocer el lugar donde su padre murió en un accidente automovilístico,
mostrando una vez más la fragilidad del ser humano ante nuestras propias
creaciones.
Jaime nos ofrece en su Réquiem, un
montaje de tres videos que se reproducen de manera simultánea, donde el paisaje
que nos muestra son las carreteras de Baja California, así como las plantas de
ensamblaje, cementerios de autos, yonkes, desperdicios y con apenas un esbozo de
la presencia humana, mostrándolo tan solo como una sombra, como si diéramos por
sentado que el ser humano ha sido despojado de su don como creador y que las piezas
en sí son el centro de atención.
El juego del audio que realiza en el
montaje toma un papel crucial, ya que por momentos el ruido ensordecedor de las
plantas automotrices, nos deja un amargo sabor de boca: el choque de metales,
las turbinas encendidas, los motores, nos hacen sentir infinitamente
desprotegidos.
El ser humano fue el creador de esta
maquinaria, el consumidor del material producido y también es el destructor; es
ahí donde el autor hace una comparación entre hombre y máquina, ya que se muestra
una secuencia que se asemeja a la existencia del ser humano que nace, crece y
muere; generando un juego entre la creación/destrucción y vida/muerte.
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