martes, 1 de octubre de 2013

Por: Dafna P. Morfin Ruvalcaba
“CASI EL PARAÍSO”

Es una novela publicada en 1956 del periodista y escritor mexicano Luis Spota.

Casi el paraíso tiene lo que pocas novelas: llevar al lector por los caminos de sus personajes sin perder el hilo conductor de cada historia; a través del humor irónico que maneja nos permite conocer la visión de la sociedad burguesa mexicana posrevolucionaria que compraba el prestigio social, cosa que sigue pasando en la actualidad.

Esta novela, nos muestra sin piedad los vicios de los llamados “nuevos ricos”, la política y los negocios en el México de la modernidad.

Leer Casi el paraíso, es como si el tiempo se hubiera detenido en México, como si tras 53 años el país siguiera siendo el mismo: manejado por unas cuantas familias con la mirada puesta en el extranjero, que admiran a ídolos ridículos, movido por la corrupción de constructoras en las que siempre alguien del gobierno se lleva una tajada, atemorizado por el poder de los generales, incapaz de construir una mediana justicia social y dado a los abusos de todo aquel que se presente con aires de grandeza.
 ¡Y eso que el autor describe al México posrevolucionario de los años 50! Duele el hecho de descubrir que como país seguimos en las mismas.

Criticar al sistema es siempre un juego peligroso pero qué mejor manera que hacerlo mediante esta excelente novela, que de entrada supone ficción, inteligencia, crítica y que sigue vigente hasta nuestros tiempos.

Spota fue todo un best-seller a lo largo de su  vida, muy odiado por muchos y temido por los políticos que en aquel momento, sin duda, temían verse retratados y exhibidos hasta lo más profundo. En las páginas de  este autor hay líderes sindicales, secretarios de partidos políticos, generales, estrellas de cine, familias adineradas, hombres enriquecidos a costa del abuso de poder y la corrupción, entre otros.

La narrativa de Spota me resulta clara, concisa y con la capacidad de mantener el suspenso.


1 comentario:

  1. Cumples el objetivo presentando el material y sugiriéndonos su lectura sin recursos de obviedad, en ocasiones parece que su importancia radica exclusivamente en la realidad social que ilustras pero acabas por ampliar tus menciones en torno a las cualidades del texto, realizas juicios atinados para reinsertarlo como lectura del presente y manifiestas con agrado el placer de su encuentro; solo me preocupa un poco tu hallazgo generalizador, al comentar que ésta novela tiene lo que pocas en cuanto a la definición de personajes e hilo conductor, diciéndolo así parece que descalificas a la novela (a la mayoría por lo menos) o muestras una limitada capacidad lectora que nos hace dudar de tu juicio. La estructura es buena, el escrito claro y ameno.

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