Crítica de la obra “Tres pantalones” de Santiago Cárdenas (1978)
Por: Jorge Novelo
Al ver esta obra a lo lejos uno ve lo que pareciera ser una simple foto en un formato de tamaño regular (90x128 cm) de tres pantalones de vestir de color negro colgados cada uno en un gancho de ropa; nada visualmente impresionante ni fuera de lo común, nada llamativo y he ahí donde recae lo magnífico de esta pieza, una vez que nos acercamos vemos que estas tres prendas de vestir sumamente comunes están realizadas bajo una delas técnicas pictóricas más complejas, antiguas e intrincadas, cuya dominación toma años de práctica: el carboncillo.
Apegándome meramente a la técnica utilizada, en esta obra Santiago Cárdenas hace alarde de su maestría en el dominio de dicha técnica logrando, como ya mencione, confundir a quién se deja guiar por la primera impresión solamente.
Esta obra de la orden del hiperrealismo impresiona no tanto por la imagen plasmada en sí, sino por que inmediatamente nos provoca pensar en el nivel magistral de atención al detalle prestado por el colombiano, remitiéndonos invariablemente hacía ideas como el tiempo invertido, el nivel de observación, etc. (procesual) .
Esta obra de la orden del hiperrealismo impresiona no tanto por la imagen plasmada en sí, sino por que inmediatamente nos provoca pensar en el nivel magistral de atención al detalle prestado por el colombiano, remitiéndonos invariablemente hacía ideas como el tiempo invertido, el nivel de observación, etc. (procesual) .
En mi opinión, este engaño del que somos víctimas por parte de Cárdenas es precisamente la intención de la obra, confundirnos al ver a las personas impresionadas con una “simple foto”, obligarnos a dar una segunda mirada, retractarnos de lo pensado originalmente, hacer que nos demos cuenta de que estuvimos equivocados y al final, darle a él la razón.
¿El carácter de magnífico de la obra en que reside?
ResponderEliminar¿En el engaño?
El "trampantojo" y la "hiperrealidad" no creo que tengan su valor por el engaño que puedan causar al espectador; tampoco creo que resida en darle o no la razón al autor.
Ni la técnica ni el engaño ni todo lo que el espectador pueda adjudicar a la obra.
Creo que la obra vale por sí misma y por lo que es, no por lo que representa para cada uno.
Bueno, entonces bajo tu concepto, el valor de la obra recae en el asombrosísimo potencial artístico de 3 pantalones de vestir colgados en ganchos? Probablemente tu clóset te maravilla entonces...
ResponderEliminarEl asunto con el hiperrealismo es que busca ser procesual, la obra te remite al trabajo invertido en la misma, no a lo que llamas "lo que es", y disculpame, pero esa afirmación de una "obra vale por lo que es y no por lo que representa para cada uno" me parece un tanto "cuadrada", por no ponerlo de manera que pueda ofenderte; una parte fundamental de todo arte es el subjetivismo y lo que hace sentir cada espéctador en particular, y por último, al leer tu crítica y ver en tu réplica el excesivo uso de la justificación "creo" hace obvio que, efectivamente, solo crees...