sábado, 1 de septiembre de 2012

Seguí, Antonio, Hombre Parado Con Sombrero (1976).
Por: MATEO TRUEBA MORALES.

El pintor argentino Antonio Seguí ha sido considerado como uno de los artistas latinos que más han sobresalido en las últimas décadas del siglo XX. Seguí resulta ser un artista muy diverso ya que además de trabajar la escultura y el grabado, en sus obras se ha identificado corrientes desde el informalismo, el surrealismo, arte pop, hiper-realismo é incluso de la corriente naïve. Sus obras más famosas me recuerdan mucho a las caricaturas y tiras cómicas debido a su trazado y vivos colores.

            Hombre parado con sombrero”  es parte de la exposición Utopías y Realidades de la colección FEMSA. Es una de las pocas obras de Seguí sin su estilo cómico y vivaz con que se le ha caracterizado en sus primeras obras. Lo que hay que recalcar es que el autor nos demuestra su hábil manejo del carboncillo y pasteles, ya que los sombreados provocan una sensación de realismo en la obra y sus colores grises remarcan un poco de nostalgia y misterio en el observador.

            Algo muy curioso es que en el instante en que me topé con esta obra se vino a mi mente la pintura de Caspar David Friedrich  Caminante Sobre el Mar de Nubes”, debido a que en ambas el protagonista es un hombre solitario de espaldas observando el horizonte. Sin embargo, esta no es la única obra de Seguí donde el protagonista es un hombre solitario de gabardina y sombrero ya que el autor tiene una serie titulada: “La Distancia en la Mirada”. Seguí utiliza el carboncillo y los pasteles para realizar esta serie de dibujos en los que, al parecer, es el mismo hombre el que aparece como protagonista y siempre de espalda al observador.
           
            Los elementos que conforman estas obras de Seguí me provocan gran intriga, un deseo por conocer lo que mira el protagonista, lo que se le avecina. Las sensaciones que ha logrado el autor me son equiparables con las que me provoca “El Hijo del Hombre” de René Magritte, e incluso se llegan a parecer como si quisieran representar al mismo personaje.
           
            Antonio Seguí representa en todas sus obras al hombre del siglo XX pero siempre de distintas formas. Lo que vemos con “Hombre Parado con Sombrero” no es más que la representación del hombre moderno en su vasto y desértico mundo que le queda por delante. Da la impresión de que ahora nosotros ya no estamos observando el horizonte desértico, sino que, ahora nosotros estamos en él.

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