sábado, 29 de septiembre de 2012

Por:  Eduardo Rosales Urbina
El riesgo de un actor/boxeador.
Si se quiere ver a un actor en permanente riesgo en el escenario y jugándosela al máximo en cada cuadro pero al mismo tiempo haciéndolo parecer un “simple día de campo” es “La vida muda” de Gerardo Trejoluna una excelente opción. Puesta en escena que se presentó el pasado 4 de septiembre en el marco del FIAC en el teatro María Greever.
Esta pieza multidisciplinaria que combina el teatro, danza, técnicas de clown, canto, interpretación de instrumentos y teatro del cuerpo es sin duda una gran oportunidad para hacer una analogía y comparación entre el riesgo que experimenta un actor al momento de entrar en escena y el de un boxeador a la hora de subir a un ring a combatir, ya que nos cuenta la historia de Ciriaco, un ex boxeador que parece estar al final de sus días y listo para emprender el camino hacia la luz al final del túnel, no sin antes recordar los mejores momentos de su carrera en el mundo del pugilismo.
La puesta en escena genera una gran nostalgia y sentimientos de añoranza y hasta tristeza debido al impecable manejo del espacio, la maestría en el manejo del cuerpo de Trejoluna y al contenido en forma de remembranza del texto. Con la pequeña ayuda de 2 tramoyistas en escena y unos cuantos elementos escenográficos y de utilería como un par de manos que caen del cielo, una pantalla con poros que da efectos luminosos, la proyección de un documental boxístico,  un costal de entrenamiento y una hamaca en la que el actor surge como una mariposa en un capullo se nos adentra más en la historia y se da una gran calidad visual y plástica al montaje.
Con muy variados cuadros desde cómicos hasta trágicos y que aparentemente no son secuenciales ni cronológicos se nos cuenta una historia completa, la vida entera de Ciriaco que al final con lámpara en mano, y después de habernos maravillado con su relato, emprende su camino final hacia una radiante luz al fondo del escenario.


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