domingo, 30 de septiembre de 2012

Por: Mateo Trueba
LA CARA DE LA DESESPERACIÓN.

Estudio Posterior a Velázquez Sobre el Retrato de Inocencio X.
Francis Bacon.
Óleo Sobre Lienzo.

El retrato del Papa Inocencio X realizado por Diego de Velázquez es considerado como uno de los retratos más bellos que se han creado, la perfección de sus deliberados trazos me recuerdan mucho al impresionismo de finales del siglo XIX a pesar de que éste retrato haya sido terminado en 1651. Éste óleo ha impresionado a muchos pintores y entre ellos se encontraba el anglo-irlandes Francis Bacon, quien quedó maravillado con las imágenes de la obra de Velázquez pues se dice que en realidad nunca vió el cuadro directamente, sino hasta sus últimos años de vida que pasó en España.

      Las obras de Bacon representan completamente lo que él ha vivido: dos guerras mundiales, el rechazo de su padre por su homosexualidad, el abuso por parte de uno de sus amantes y una carrera pictórica con bastantes tropiezos.
     
Aunque sus pinturas no se encuentren directamente relacionadas con la vanguardia expresionista, sus obras esta cargadas de emociones que llegan a contagiar al espectador. Lo que Francis Bacon quiere mostrar en ellas es el hombre, pero no una versión del hombre normal sino una versión bestial del hombre, busca crear una imagen desnuda, salvaje de la carne de la que estamos hechos. Sus lienzos rayados con pinceladas violentas y veloces cercenan a los personajes que aparecen en ellos, los corta y los desfigura como si escarbara en busca de algo.

      Francis Bacon fue tan seducido por el retrato de Velázquez que realizó una serie de óleos entre los años cincuentas y sesentas basados en el estudio del cuadro del autor español. De entre ésta serie de cuadros se encuntra la pintura realizada en 1953 en donde representa al mismo Papa Inocencio X sentado en su trono, pero a diferencia de la versión de Velázquez, Bacon desfigura el cuerpo de Inocencio X lo coloca de tal forma que pareciera que el personaje y su silla estan flotando en el espacio. El rostro del pontífice es desgarrado por el pincel del autor y da la impresión que lo siente, que sufre de lo que Bacon le hace. La imagen de Inocencio X flota en un espacio que lo comprime que le provoca gritar y demostrar su lado más humano, un lado que en la versión del español se oculta detras de una simple sonrisa. Bacon humaniza el cuadro de Velázquez, provoca que el espectador se estremezca y compadezca al observar el desfigurado rostro de Inocencio X.

A muchas personas les parece horrorosa la versión de Bacon sobre la obra maestra de Velázqez pero yo creo que hay que darle mucha importancia a la obra del ingles ya que sólo él pudo ver lo que nadie más habia podido ver en un simple retrato. Bacon no retrataba personajes en específico, retrataba todo lo que el hombre es, un ser cargado de sentimientos, desesperaciónes y rencores que nos van deformando poco a poco.

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