domingo, 17 de noviembre de 2013

FÜR ALINE
Por: Magaly Vázquez Morales

“Mi música es un camino, es una propuesta de sendero, una invitación a adquirir sabiduría, a cultivarla, a cultivar emociones positivas, a acudir con amor inclusive con las personas difíciles.”                Arvo Pärt

   Una de las críticas que se le otorgan a la música minimalista es el bajo nivel de dificultad; además de su aparente estática melódica. Für Alina del compositor estonio Arvo Pärt demuestra lo erróneo de estas críticas.

La pieza fue escrita para piano solo y se desarrolla por tres voces; incluso en la partitura se especifican tres pentagramas los cuales dos de ellos están en clave de Sol mientras que el último está en clave de Fa. No hay una métrica asignada en la pieza y se sugiere la interpretación libre, bajo una intención tranquila e introspectiva.

Arvo Pärt dedica gran parte de su trabajo a la experimentación y origina el estilo presente en la obra que consiste en crear a través de intervalos el efecto sonoro de una campana, de ahí su nombre Tintinnabuli; y es aquí donde radica la dificultad y grandiosidad de esta pieza.

Arvo Pärt otorga la libertad de interpretar la pieza sin un tiempo determinado, con la condición de que exista en el ejecutante la capacidad de crear una atmósfera pacífica y reflexiva. La correcta interpretación brinda, al intérprete junto con el oyente, la posibilidad de envolverse en un ambiente sereno creado por un efecto armónico único; apreciar las sutilezas que surgen con el juego de las voces las cuales dan color a las cosas que ocurren en ese momento; darse cuenta de la fragilidad de la existencia.


1 comentario:

  1. Estoy encantado tanto con la pieza como con el texto. Te reafirmas en mi top.
    gracias

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