viernes, 22 de noviembre de 2013

Por: Mara Aide Ayala.
Título: La caja mágica.
Técnica: Acuarela.
Año: 2011.
Autor: Gerson Grimm.

Cuando vi la obra pasaron dos cosas, primero la vi y la disfrute, después me pregunté ¿qué quiso decir el autor?  A simple vista es una obra con un gran trabajo trazado, en cuestión al buen manejo de líneas, formas, el uso del color, la mancha  y  técnica, la forma agradable de usar  las luces, sombras y el espacio. En cuestión al mensaje de este tipo  de obras que al parecer no te deja una tarea fácil, y eso me encanta, porque hace que te cuestiones y te da la oportunidad de que crees  tu propia respuesta, es muy subjetivo.
Ahora, Si pensamos en el trasfondo de la obra, por el hecho de ser una caja mágica sabemos y podríamos pensar que se refiere a toda esa  incertidumbre de la vida, de las cosas, de absolutamente todo. Siempre es una sorpresa abrir una caja mágica porque puedes encontrarte lo que menos esperas. Éste personaje de apariencia extraña,  muestra que a veces no quisiéramos abrir una caja, o sí, donde podíamos encontrar algo parecido a este ser, en el que lo puedas ver como  rareza, como una porquería, como algo  increíble, con  horribilidad, como algo extraordinario, majestuoso, o  grotesco etcétera, no sé, como lo quieras ver o lo que te toque ver. Al final la caja guarda lo mejor y lo peor de la vida.
Esta  pieza es parte de las pinturas que se reflejan en lo contemporáneo, esto es parte de lo que se hace en nuestra época. Nos guste o no. Este autor crea unas obras dónde aparece un  ente o un personaje con la mezcla de rasgos  humano con cuerpos extraños, deformes no existentes, no humanos, dónde podemos apreciar la esencia de la obra, y pensar, creer o saber que no es comprensible sino sensorial.

Antes la pintura quería ser mundo, ahora solo quiere ser arte,  pero eso lo decides tú.


No hay comentarios:

Publicar un comentario