lunes, 25 de noviembre de 2013

Por: Vania Gutiérrez Rodríguez
“El vendedor de humo”
“Ganarse la vida haciendo feliz a la gente
debería ser una tarea fácil,
sin embargo, hay veces que las cosas
no son lo que parecen y
 entonces todo se complica...”

Cortometraje de animación realizado en el 2011 como proyecto en la escuela de animación “Primer Frame”. Dirigido por Jaime maestro. Ha ganado numerosos premios, incluyendo el Goya al mejor cortometraje de animación en el 2012.
Un vendedor ambulante, un especialista en cumplir los sueños de la gente o mejor dicho, de levantar cortinas de humo que cubran la realidad. Una carreta con un escenario se detienen en un pueblo solitario y de una manera espectacular se asienta en la plaza, un hombre de buena imagen baja de la carreta e intenta presentar su show; él es, por supuesto, el vendedor de humo. No hay nadie presente, no hay nadie a quién venderle ilusiones, todos en el pueblo están muy ocupados en sus asuntos.
Después de varios intentos, logra llamar su atención. Comienza a volver “realidad” los sueños y deseos de sus clientes; las monedas comienzan a llenar su baúl. Es intrigante la manera en que con un simple humo mágico todo puede volverse realidad; bueno, humo mágico y la capacidad de convencimiento que tiene este impostor. Pinta con acuarelas un mundo gris, al llegar la lluvia todo aquel color que pudo haber existido se ve totalmente eliminado por el agua. Todo era una ilusión para llenar su baúl, todo un disfraz para ocultar la realidad por unos segundos. Al final se puede observar que hasta él mismo era humo cuando estaba tratando de venderse; apariencias y mentiras, eso es justo lo que él vendía.
Esto pasa día a día, el consumismo y la idea de las marcas nos atacan. Vivimos en un mundo en donde humo es lo que nos venden y humo es lo que somos, máscaras, mentiras y apariencias. Tristeza y esperanza es lo que viene a mi mente al pensar en la lluvia, la lluvia es cada una de las personas que no cree en ese humo y ve la realidad, necesitamos más lluvia para acabar con los vendedores de humo.


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