sábado, 2 de noviembre de 2013

Por: Lanae Carapia Verdier
Paisaje Interior
Danza Contemporánea
 Compañía- Barro Rojo-
15 de octubre de 2013
Teatro Bicentenario

7 bailarines en escena nos presentan la ternura, el amor, los deseos, las pasiones…
La intensión de sus movimientos corporales conforme se van desarrollando las escenas denotan las emociones que los bailarines expresan: la sensualidad y sutileza del cortejo con movimientos suaves y lentos, la ternura de la inocencia con torpes pasos y sonrisas nerviosas, la alegría que las travesuras del amor muestra con sonrisas y movimientos veloces, la pasión de dos amantes deseando tenerse con la fuerza y tenacidad en los pasos.

Es esta variedad de emociones y sentires una de las mayores virtudes de esta puesta en escena del cuerpo del ballet, la permutación  de expresión corporal en los bailarines que pasa de escena en escena.

Con escasa escenografía (lo que vendría en una segunda parte siendo un sofá y una sabana) los integrantes van mostrando los sentimientos que causan las relaciones amorosas abarcando todo escenario jugando con la profundidad del espacio dándole dinamismo.

Las luces evocando a la sensualidad, a la pasión y a la diversión mediante juegos en donde el color del fondo y las luces posteriores cambian constantemente provocando sensaciones mas amplias: el fondo negro y las luces ámbar… pasión, deseo; el fondo colorido en rosas y azules, dos bailarines al frente en una coreografía con luces blancas sobre ellos, en un segundo plano dos parejas mostrando las siluetas de sus cuerpos, en negro, sin luces, así aprovechando imágenes que ya conocemos que nos evocan a la sensualidad ; fondo claro, luces blancas y los integrantes con movimientos veloces casi jugando denotan diversión, inocencia, curiosidad.

Los cambios casi escasos de vestuario, quitándose la ropa entre ellos, quedando semidesnudos en la escena en varios momentos, mostrando así los sentimientos de intimidad, nerviosísimo y pudor propios de las relaciones, al igual de lo extrovertido y lo pasional; casi todos acertados a excepción de un semidesnudo por parte de las bailarinas dejando ver sus senos, a mi parecer innecesario, rompiendo con la línea que presentaba el acto de las relaciones amorosas, e incluso intimas, sin tener que mostrar cuerpos desnudos, quitándole el valor a esta intimidad, a la curiosidad e incluso alejando el espacio de la imaginación por parte del público.

La música de trova y romántica con letra en el idioma del español crea un vinculo inmediato al inicio de esta representación dancística, haciendo que el espectador tenga una conexión directa con lo que va a ser presentado ahí, atrapándolo con el primer acorde en sus propias experiencias y relaciones, evocando a ellas a lo largo de la presentación junto a el repertorio musical que se transforma continuamente con ritmos más lentos, más veloces, más sutiles, más alegres, una variedad tan amplia como las emociones mostradas.


Todos estos elementos conformaron una interesante puesta en escena logrando de manera efectiva lo que deseaban compartir, las emociones humanas ante el tan famoso amor y las relaciones que de este nacen.

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